
Estoy viviendo estos momentos con mucha emoción. Cada imagen, cada palabra, cada canción...¡Cuántos recuerdos!
Recuérdame...Seguro que cada uno, a nuestra manera, pero no como un hombre sin más.
Primero llegaste como cassette copiada de una copia de otra copia que alguien había conseguido copiar... A mano nos pasábamos las letras de las canciones y en cualquier momento, entonábamos junto con las de Víctor Jara, Violeta Parra, Joan Baez, Lluis LLac, Serrat...Era una época de cantautores, con pocos medios audiovisuales, pero teníamos tiempo. Pronto llegaron los recitales. Junto con La Bullonera y Joaquín Carbonell, no había fiesta de pueblo en que faltara una actuación.
José Antonio Labordeta, que cantó a los pueblos del secano, a los viejos, a los agricultores... Que hizo que los aragoneses nos quisiéramos un poco más. Desde mi pueblo de secano, desde mi instituto pude conocer mejor a Labordeta.
Amigo de algunos de mis profesores, no tenía inconveniente en visitarnos e improvisar una actuación el el gimnasio... aún deben estar en una caja las libretas con autógrafos. Podíamos en esos tiempos faltar a clase y en el cuarto del "director espiritual" cantar sin molestar mucho las canciones de Labordeta, que el amable cura acompañaba con la guitarra...¡Qué paciencia!
¡Habrá un día en que todos, al levantar la vista, veremos una tierra que ponga libertad!Este himno lo hemos cantado en las fiestas, en las misas juveniles, en la bodega, en manifestaciones, bajo una gran bandera de Aragón... ¡Qué emoción en algunos momentos!
Hoy me decían personas más jóvenes: Los de vuestra edad lo sentís más...
Es verdad. Fue nuestra juventud, nuestros ideales, nuestro amor propio...
Cuando de vez en cuando, para celebrar algo que ocurrió hace 25, 30 años...nos reunimos viejos amigos y alguien trae una guitarra, encontramos un placer indescriptible cantando otra vez las canciones de Labordeta, que salen solas...Algunas tristes, otras alegres...
Después me ha tocado como madre ver que mis hijos analizaban alguna de sus creaciones en literatura y también ellos han tenido el placer de escucharlo como conferenciante. Intenté trasmitir un poco el sentir de aquella época, porque su imagen iba unida a una mochila o a una expresión que se le escapó en el Congreso...
No me gustaría que se le recordara sólo por eso.
Afortunadamente ha podido recibir el reconocimiento de la gente en multitud de actos.
Pude verlo hace poco, el año pasado, recibir el premio de Aragonés de Honor, que entrega El Periódico de Aragón, de la mano de Joan Manuel Serrat. ¡Qué emoción!
Como siempre, con su sentido del humor, pese a su enfermedad, y aún le pudimos escuchar cantando.
Gracias, José Antonio Labordeta.