miércoles, 4 de marzo de 2015

Emoción por saber

Leí este libro de Ivan Doig por una recomendación de mis amigas lectoras, con el deseo de tener una lectura agradable en unos momentos no muy fáciles.  Y la verdad es que disfruté con la lectura, por la novela en sí y por la conexión afectiva que establezco con libros que tratan de forma directa o indirecta con el mundo de la educación.  Una temporada para silbar transmite el amor por la cultura, por la educación, por el ansia de saber.  Al leerlo recordé momentos emocionantes de mi trabajo, esos en que, a pesar de estar con niños pequeños, se nota en el aire flotar la sabiduría, se nota en sus caras el placer de aprender, en sus palabras y expresiones el gusto por la adquisición de nuevas técnicas, recursos, herramientas... Y cuando en clase me encuentro con ello... recordaré el paso del cometa Halley en el año 1910 y las ganas de aprender de un grupo de niños allá por el oeste...