domingo, 9 de mayo de 2010

Como mi madre


El tiempo entre costuras de María Dueñas.
Una novela que me ha gustado mucho, de principio a fin. Una historia que además de cierta intriga, tiene momentos conmovedores junto a la terrible realidad de una guerra, que aún en la distancia, se siente con toda la crueldad en unas pinceladas que van dejándose ver a lo largo de la novela. Me gusta como está escrita. Quizá el final un poco atropellado… pero esa impresión la tengo en muchas novelas que me gustan, igual es que lo que no me gusta es que se acaben. Bien documentada y explicada al final. Con bibliografía. Así me gusta, saber qué hay de realidad o más parecido a la realidad…y qué de ficción.

El tiempo entre costuras me ha traído a mi madre, en cada escena de patrón, de tejido, de prueba, de diseño…Mi madre cosiendo, transformada en creadora, con su energía, su buen gusto, su exigencia, todo ha de quedar perfecto, esa manga no sienta bien, esas costuras tiran, ese cuello, esa solapa…Mi madre observando una prenda en la mejor de las tiendas… ¿por qué la miras del revés…? Así tenía que coser ella, como las mejores. Mi madre con su ojo crítico mirándote cómo te queda la ropa que te has comprado…aquí cogería un poquito, esta pinza hay que subirla…esto es “batallero”…Mi madre dibujando sus patrones. Me parecía imposible que ese trozo de papel que te ponía un momento encima se convertiría luego en esa manga, ese canesú… para la blusa que luego te quedaba tan bien.
Casi hasta el final ha sido así. Coser es lo que más te gustaba hacer y por eso es lo último que olvidaste. Cuando ya de casi nada te acordabas, lo más sencillo ya no te salía… aún sabías coser…y nos dejabas a todos con la boca abierta. Dándole al pedal de tu máquina de coser te transformabas. Cuando tu cabeza parecía que ya se iba, aún tus manos simulaban hacer dobladillos. A veces ahora, cuando nos obsequias con una de tus miradas…aún pienso que estás observando cómo me queda la ropa, que te fijas en algún pespunte, en algún pliegue… y espero a que me des tu aprobación.

9 comentarios:

Cloti Montes dijo...

Iba a hacerte un comentario sobre el libro, pero bah, ya me lo leeré seguro.
Me parece más importante comentarte que casi me haces llorar, que estoy con la lagrimilla en el ojo porque has despertado toda mi sensibilidad con tu forma de escribir sobre tu madre. ¿Es el señor alemán ése? Seguro que detrás de él está tu madre pensando en qué nuevo proyecto de costura emprender.
Bsssss
Cloti

momentoparapensar dijo...

Si Cloti, es el señor alemán...que ya lleva mucho tiempo entre nosotros y aunque lo conocemos bien, los recuerdos están ahí. Ya siento haberte sacado la lagrimilla. Pero no veas lo que yo necesito decir esto de vez en cuando...Gracias.

Maite dijo...

Porque no dejar ir unas lágrimas cuando te emocionas? Todo mi apoyo y mis ánimos en momentos difíciles y mi grandisima admiracíon por el cariño con el que hablas de tu madre. Pasaré por aquí a leer todo lo que te apetezca compartir, unas veces te dejaré una lagrimita y otras unas risas, pero siempre siempre besitos.
Maite

Mónica dijo...

Me encanta la lectura y me ha encantado tu crítica, sin duda, lo leeré. Muchas gracias.

Besos

Zamarat dijo...

Qué palabras tan bonitas!!
Gracias por dejarme un comentario en mi blog. Nos leemos!

momentoparapensar dijo...

Gracias Maite por emocionarte conmigo, otro día risas, vale?
Gracias a Mónica y Zamarat por vuestra visita y vuestros comentarios. Nos leemos!
Besicos.

Elena dijo...

A mi el libro tambien me ha emocionado, desde luego te quedas con ganas de un poco mas.
Tambien me ha emocionado ese homenaje a tu madre

besoss

momentoparapensar dijo...

Gracias, Elena.
Igual hay segunda parte, como en otros.
Promento entradas más divertidas y alguna gastronómica. Para no emocionarnos mucho, vamos.
Besicos.

pizarrapilar dijo...

Que bonito lo que cuentas de tu madre, y que pena que conviva con vosotros ese alemán, yo tengo a un americano llamado Huntington con mi marido. Hay que aprender a convivir con ellos. Besos