martes, 6 de abril de 2010
Mi amiga
Hace poco tiempo que he recuperado los encuentros con mi amiga. Mi amiga de lejos, la de cuando éramos tan jóvenes, desde casi niñas. Reencontrarse después de tantos años, quizá más de 25 años después...ha sido fantástico. Ya vamos quedando de cuando en cuando. Vivimos lejos y no todos las vacaciones podemos vernos. Pero basta tener unas cuantas horas para hablar de vez en cuando. Cuánto hemos cambiado, pero qué fácil ha sido volvernos a comprender. Contarnos todo lo que ha ido pasando por nuestras vidas, compartir ahora también algo de nuestra familia. Qué distinto y qué parecido se ha ido desarrollando todo. Resulta divertido y agradable volver a comentar. Al principio recordamos las anetdotas de cuándo éramos jóvenes, pero ya nos vamos situando y conociendo tal y cómo somos ahora. Qué suerte volver a compartir alegrías, miedos, penas, dudas, planes, risas... Qué fácil ha resultado. Sin duda alguna el cariño y la confianza tan grande que tuvimos cuando éramos jóvenes no se perdió entre los descuidos, los despistes, los olvidos... de una juventud que se volvió adulta tan deprisa. Gracias por seguir siendo mi amiga.
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