
Qué ganas tenía de leer más de Isabel Allende. Maravillosas novelas de la escritora que me han encantado, divertido, emocionado... Paula, La casa de los espíritus, Retrato en sepia, Eva Luna, El plan infinito, La suma de los días... y tantos otros...
No es bueno comenzar con demasiadas expectativas la lectura de una novela. A pesar de que encontramos personajes extraordinarios, amores, relaciones humanas interesantes...como novela policíaca, no me acaba de encajar. Pero al fin y al cabo, la considero una buena novela, se sale un poco de lo que habitualmente escribe, pero tampoco está nada mal que una autora investigue y se aventure a nuevos horizontes.
La novela de Jussi Adler-Olsen no se aleja nada de lo que esperaba. Creo que esta tercera entrega del Departamento Q, El menseje que llegó en una botella, es la que más me ha gustado. El subcomisario y sus ayudantes logran resolver un caso que actualmente golpea cruelmente a una familia a través de un antiguo enigma que llega en una botella y que en su día también fue un terrible suceso que quedó sin denunciar. Si el caso es apasionante, no lo es menos la vida de los protagonistas, personajes increíbles que acaparan tanta o más atención que los casos en que trabajan. La verdad es que es una novela para no aburrirse. Ni una página sin el ingrediente principal: la intriga.