lunes, 28 de marzo de 2011

Los japoneses


Con los acontecimientos de los últimos días, todos andamos con una parte de nuestra cabeza y de nuestro corazón en este país que tanto está sufriendo: Japón.
A lo largo de la historia hemos tenido informaciones y percepciones diferentes del pueblo japonés, todo depende del lado desde el que se miran las cosas... pero este desastre nos ha unido a todos en un sentimiento de solidaridad, de preocupación, de pena, de compasión...
Yo no hago más que acordarme de los japoneses que he tenido ocasión de conocer. Una japonesa muy simpática que vino a Zaragoza coincidiendo con las Fiestas del Pilar y quedó impresionada de ver las charangas, los cabezudos, los bares de vinos y tapas...
Pero sobre todo me acuerdo de un grupo con los que me tocó compartir unos días de visita de carácter educativo a varios centros docentes y también una cena de despedida inolvidable.
¿Qué habrá sido de ellos? ¿Estarán bien? La mayoría eran de Niigata.
Nos demostraron ser personas cariñosas, entrañables, cultas y por supuesto, muy educadas...Nos impresionaron sus ganas de aprender, de dibujar, de apuntar, de preguntar sobre todo lo que aquí hacíamos...
Nos ofrecieron una muestra de lo mejor de su cultura y tradiciones a la vez que se preocuparon y prepararon concienzudamente aspectos de la nuestra, ya que hasta canciones de nuestro folklore se habían aprendido para cantarnos...
Guardo una caja llena de recuerdos. La guardé tan alta, porque mis hijos eran muy pequeños, que sólo muy de vez en cuando la bajo para mirar su contenido. Aprendimos origami con unos papeles maravillosos que nos regalaron, pero con todo el cuidado del mundo para que nada se deteriore. Ahí están también mis grullas.
Como este blog es mi memoria, dejo constancia de que nos impresionó su gratitud y su delicadeza. Cuando coincido con personas que también estuvieron allí, recordamos aquellos días, pero sobre todo la cena de despedida. Con cuatro palabras de inglés, otras cuatro de español y no sé si dos o tres de japonés, llegamos a establecer una comunicación entrañable.
No puedo evitar emocionarme cuando veo la foto de los hijos que uno de ellos se empeñó en dejarme. Espero, de verdad, que estén bien. Y si ha ocurrido lo peor, espero que nos hayan dejado sin sufrimiento.
Nuestro corazón está con ellos.

lunes, 21 de marzo de 2011

Labores y más


Hoy han llegado las instrucciones para el segundo elemento del nuevo SAL en que ando metida. Es algo diferente que une manualidad y labor y me encanta el resultado ya que confieso, lo comencé dudando de los resultados. Después de unas instrucciones maravillosas de las amigas de Aquí está la Sal, mi primera producción es ésta:

Esta fue la gran variedad de labores con las que participamos en el Trabajamos juntas deAmigas Creativas. El objetivo era renovar la cocina.

Estas y otras pequeñas labores que surgen de ideas del mismo foro, además de resultarme entretenidas, me permiten obsequiar a mis amigas y así compartimos algo más que los ratos de internet.

martes, 15 de marzo de 2011

Dos libros más

Los ojos amarillos de los cocodrilos, de Katherine Pancol. Me dejaron este libro a principios de este año y lo leí muy a gusto. Es fácil encariñarse e identificarse con la protagonista: la buena, claro. Porque en este libro hay buenas, malas, buenos y malos. También hay personajes sorprendentes. Soy de las personas que piensan que no hay nadie malo. No sé cuándo voy a asumir la terrible realidad de que sí, que hay malos. No he debido madurar todavía lo suficiente. En esta novela hay buenos de los de verdad, de los que cotidianamente decimos que son tontos... y malos que lo son porque nadie les ha enseñado a ser buenos, que en el fondo sufren muchísimo. Pero también hay malos rematadamente malos sin remedio, y si lo dudan, lean la siguiente:

En cuanto pude, leí El vals lento de las tortugas, la historia que continúa. Me ha gustado más que el primero y la verdad es que me enganchó. Hay sorpresas, y como les digo a las amigas que no lo han leído aún... no voy a decir ni pío...pero desde luego, me lo he pasado bien leyéndolo.
Me gusta leer novelas de autores europeos. Me ha encantado pasear por París y por Londres también un poquito. Los personajes tanto protagonistas como secundarios no tienen desperdicio. Algunos nos los encontramos todos los días por el barrio y otros son tan peculiares que es difícil tropezar con uno igual...Y los malos, ¡ay, los malos!. Aún añadiría que sin lugar a dudas están enfermos. Si no, ¿cómo se pueden llegar a cometer semejantes atrocidades?

martes, 8 de marzo de 2011

Pan de orégano

Voy experimentando con los panes y éste es uno de los que he repetido, lo publico aquí porque es una forma de no olvidarme de hacerlo alguna vez más...
Ingredientes:
500 g. de harina de fuerza
15 g. de levadura fresca
250 ml de agua
30 ml de aceite de oliva
una pizca de sal
orégano y un poquito de ajo y perejil molidos (pongo muy poquito, pero hay que atreverse a poner más, que tiene un sabor muy rico)
En mi Cocinera, programa 3.
Si se quieren hacer panecillos, pausar el programa cuando empieza a hornear, sacar la masa de la cubeta, dar forma y colocar en las bandejas para hornear.

martes, 1 de marzo de 2011

Otra forma de leer


Hace poquito que me llegó un regalo inesperado. Mientras yo me debatía en la conveniencia o no de comprar un e-book, llegó este regalo a casa, que en realidad no iba dirigido a mí, pero del que sin ningún miramiento me he apropiado. Si hace falta se lo presto algún ratito, pero es mío, sin ninguna duda.
Mi amiga Elena me prestó El club de los viernes de Kate Jakobs, y ahora he tenido oportunidad de leer El club de los viernes se reúne de nuevo con mi nuevo aparato.
Es como el primero, una novela fácil de leer, con una historia sencilla, un poco sensiblera, aunque a veces sienta muy bien leer esas novelas que sin duda te recuerdan situaciones conocidas, incluso vividas y te ayudan a recordar y reflexionar sin demasiado dramatismo. El punto de cohesión del grupo de amigas deja de ser la labor puesto que ya hay un sentimiento de cariño que las une aunque sigue dominando sobre todo el sentimiento de necesidad. Necesidad de compañia, de consejo, de afecto, de apoyo...
Parte del grupo se vuelve viajero, por lo que algunos capítulos transcurren en Italia.
Al avanzar en la lectura ha ido ganando el interés por el desenlace e inevitablemente, mi facilidad de empatizar con los protagonistas me hace olvidar los "repasos" de la novela anterior que a veces llegan a hacerse pesados. Es una pena que algunas segundas partes te repitan tanto de las primeras...
En esta novela no hay buenos ni malos, eso también es un tanto a su favor. Se muestran las protagonistas con sus defectos e imperfecciones y eso siempre es de agradecer.
Ya estoy leyendo la segunda parte de otra novela "de mujeres", también en mi e-book y ésta francamente, me está enganchando, pero eso lo dejo para otra entrada, que no quiero quitar portagonismo a mi artilugio electrónico, que además sirve de vídeo, radio, marco de fotos, mp3... en fin, una maravilla.
Si acabarán teniendo razón mis hijos cuando me dicen que soy una friki con tanta maquinita para todo...