Siempre me ha relajado este tipo de labores. Después de mirar y admirar por la red toda clase de creaciones, llega el momento de ponerse y confeccionar con tu propio estilo lo que parece que brota al unir ganchillo, algodón, tiempo, aburrimiento, cansancio... y producir el efecto que siempre produce la creación de algo artesano: satisfacción. Estas saltarinas que suben y bajan por la tarta de pañales que regalé a mi pequeño tesoro me hacen recordar a mis "saltimbanquis" a los que dí hace pocos días vacaciones, y ya echo de menos. Qué tristes están las aulas sin sus saltos, sus voces, su movimiento...
Ha sido todo un curso viendo sus progresos y también sus problemas. Nada grave, afortunadamente, pero ahí estamos, atentos a todo lo que les pueda pasar y todo lo que les puede afectar, dentro y fuera del colegio, porque para eso contamos con las madres y algunos padres, esas estupendas familias que siempre quieren lo mejor para sus hijos y que acaban confiando en tí. Los queremos y nos preocupamos. Observamos e intervenimos. No acertamos siempre, pero la intención es la mejor. Queremos que estos niños sean felices, que aprendan a ser personas, que aprovechen al máximo las posibilidades que la naturaleza y el medio les proporcionan y estamos dispuestos a todo.
Ha sido todo un curso viendo sus progresos y también sus problemas. Nada grave, afortunadamente, pero ahí estamos, atentos a todo lo que les pueda pasar y todo lo que les puede afectar, dentro y fuera del colegio, porque para eso contamos con las madres y algunos padres, esas estupendas familias que siempre quieren lo mejor para sus hijos y que acaban confiando en tí. Los queremos y nos preocupamos. Observamos e intervenimos. No acertamos siempre, pero la intención es la mejor. Queremos que estos niños sean felices, que aprendan a ser personas, que aprovechen al máximo las posibilidades que la naturaleza y el medio les proporcionan y estamos dispuestos a todo.